Peso Pluma en Bogotá: así se vivió el concierto de ‘La Doble P’ en el Movistar Arena

Si bien el artista mexicano Peso Pluma no usa sombrero de charro, chaqueta y pantalones ajustados y coloridos, o indumentaria tradicional de los cantantes mexicanos, la ‘Doble P’ se ha convertido en el cantante ícono del corrido mexicano para las nuevas generaciones.

Vistiendo una camiseta y pantalón ancho color blanco, zapato deportivo y gorra, salió el artista mexicano este 17 de diciembre en el concierto que protagonizó en el Movistar Arena de Bogotá, su primera presentación en Colombia.

Hassan Emilio Kabande Laija, conocido como Peso Pluma, nació el 15 de junio de 1999 en Zapopan, Jalisco, México. Criado en Guadalajara, descubrió su pasión por la música a los 15 años cuando empezó a tocar la guitarra. A pesar de las burlas de sus compañeros por escribir canciones, encontró en la composición una terapia.

Sus géneros bandera son los corridos tumbados a reguetón y trap latino. Estos corridos tumbadosnson un subgénero dentro de la música regional mexicana, específicamente en el género de los corridos, con un ritmo rápido y pegajoso, con melodías que se acompañan comúnmente de instrumentos como la guitarra, el acordeón y el bajo sexto. La estructura de las letras es narrativa y cuenta historias detalladas que capturan la atención del público.

En su primer concierto en Bogotá, más de 12.000 fanáticos se congregaron en el Movistar Arena, impacientes por presenciar la energía y el magnetismo del artista.

Con un arranque explosivo a las 8:30 p.m., los acordes de ‘Rubicon’ resonaron en el aire, desatando la euforia entre la multitud. Peso Pluma irrumpió en el escenario con una presencia magnética, iniciando así un viaje musical para sus seguidores: “Todos conformamos una familia que se llama doble ‘P’ y esa pluma pisó Bogotá“.

El ritmo se mantuvo vibrante con ‘Zapata’ y ‘Bipolar’, canciones que encendieron aún más los ánimos de los presentes. El artista no dejó ni un segundo de respiro, llevando al público a través de un torbellino de emociones con ‘Lagunas’ y ‘Rosa pastel’, esta última desatando coros masivos al compás de la guitarra, las charchetas, el trombón y el tololoche.

Momentos de calma y reflexión llegaron con las canciones ‘Luna’ y ‘Bye’, seguidos de un resurgir de la energía con ‘Por las noches’ y ‘Plebada’, esta última haciendo vibrar cada rincón del lugar.